Una mamba negra salta dentro de un vehículo y muerde y mata a sus 4 ocupantes

Muchas historias y leyendas giran en torno a la agresividad de la mortífera Mamba Negra. Cuando se viaja por Tanzania o Kenia es habitual escuchar relatos tales como : Una pareja de novios pasea a caballo por África. Se encuentran con una mamba negra, que se yergue hasta la altura de la cabeza de sus monturas. Vuelven grupas al punto, pero la serpiente los persigue, muerde al novio, a la novia y a las dos monturas: todos muertos he escuchado varias versiones similares a esta, más actuales, como mambas que saltan al interior de vehículos con distinto número de ocupantes, pero eso si, siempre todos muertos. Por ejemplo, Un “driver” conduce su vehículo 4x4 a través de un bosque. Ve una mamba que repta por el camino y procura atropellarla. El animal esquiva el coche, lo persigue, salta dentro y muerde y mata a todos sus 4 ocupantes. También hay otras más creíbles, pero que también ponen de manifiesto la fiera agresividad de dicha serpiente, como la que le aconteció a un amigo mío en uno de sus viajes por África, en Tanzania más concretamente. Circulaban por una pista de tierra en un todo terreno descapotable, cuando de repente el conductor pisa el freno y dice haber atropellado a una mamba negra. Retrocede unos metros y detiene el vehículo. Mi amigo se desliza hasta el capó del vehículo para ver la serpiente, y según le ve asomar, esta se lanza endemoniada contra el guarda barros . He de añadir, que acto seguido el conductor le reprendió por su acto inconsciente, y procedió a contarle una de estas fantásticas historias con final trágico de las que antes hablaba. Las serpientes venenosas no se dedican a la caza del hombre. No podrían devorarlo, pues engullen su presa entera, ya que no pueden triturarla mordiéndola. Debido a su corpulencia, el hombre no muere de la mordedura tan aprisa como los pequeños animalitos, sino que resiste aún varios minutos, con la energía suficiente para matar o dejar malherido al reptil. Todas las serpientes, hasta las más venenosas, escapan del hombre y huyen a esconderse. Incluso cuando avancen hacia nosotros no significa que vayan a acometer necesariamente. Yo he viajado mucho por las regiones donde habita y la única experiencia cercana que he tenido con una de ellas , fue una noche en el parque nacional de Ruaha ( Tanzania) en las “bandas” públicas situadas enfrente del rio, cuando una de ellas atacó a uno de mis guías locales. Este andaba por el recinto sin usar una linterna, cosa poco recomendable en estos lares, y de repente, de entre las hiervas surgió una (supuesta) mamba negra que cargo contra su pie. Con la suerte de morder justo en la goma de las sandalias que calzaba. La serpiente huyó velozmente entre las hierbas. Después, Saidi, que es como se llamaba, y el “ranger” la buscaron sin éxito y quemaron plástico para ahuyentarla de la zona. Normalmente las personas son mordidas por serpientes en situaciones como estas, cuando pasan sobre la hierba o un arbusto sin cuidado o chocan con la cabeza contra las ramas en que aquéllas se enroscan. Pero no hay ninguna serpiente que corra tanto como un hombre y se ponga a perseguirlo. En un experimento se registró que una mamba negra, considerada la más rápida de las serpientes, recorrió 47 metros a una velocidad aproximada de 11km/h. Huir corriendo de elefantes, leones, gorilas, rinocerontes o hipopótamos es inútil y peligroso, ya que incentiva sus instintos agresivos. En cambio se pueden poner pies en polvorosa, ante una serpiente del tipo que sea. A menudo la gente sobrevalora la posibilidad de ser mordidos en los trópicos por serpientes venenosas y sin embargo, una vez allí olvidan tomar las medidas de precaución adecuadas. m

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