Nuestros nietos han de ver algún día el bellísimo e impresionante espectáculo que ofrecía el África antes

Algo se puede edificar sobre la benevolencia y el amor humanos. Pero si sobre esto pesan los portamonedas y modas femeninas, la cosa puede cambiar radicalmente. Aspiramos a que, en el vastísimo recinto del Parque Nacional, donde los hombres no pueden ganarse el pan, vivan independientes de nosotros unos cientos de miles de animales. En el Serengueti, nuestros nietos han de ver algún día el bellísimo e impresionante espectáculo que ofrecía el África antes de que los europeos introdujesen el cristianismo y la trata de esclavos, los derechos humanos y las ametralladoras, la vacuna y los automóviles.
BERNHARD GRZIMEK

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