Cuando un avestruz macho está enamorado, se comporta de un modo no menos notable que nosotros

Cuando un avestruz macho está enamorado, se comporta de un modo no menos notable que nosotros, los hombres, en igual situación. Se yergue en toda su estatura, balancea las alas rítmicamente, oscilando a uno y otro lado, echa atrás la cabeza y se frota la nuca con la espalda. En dicha época del celo, su cuello y sus patas presentan un color rojo vivísimo. Para nosotros resulta cómica la actitud del ave más corpulenta del mundo, pero las hembras saben lo que con esto se da a entender y escapan jugueteando, mientras el macho las persigue con poderosas zancadas. El avestruz macho tiene una intervención mucho mayor que la de fecundar los huevos; es un auténtico padre de sus hijos. Durante la puesta, escarba un hoyo en el suelo y se introduce en él. Las hembras ponen los huevos en su pecho y el macho los hace resbalar bajo su vientre con el cuello y el pico. El avestruz macho empolla desde las últimas horas de la tarde hasta las primeras de la mañana; mucho más, por lo tanto, que la hembra.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Marea Baja en Zanzibar

Excursiones en el Lago Natron. Cascadas Del Río Ngaresero

Una mamba negra salta dentro de un vehículo y muerde y mata a sus 4 ocupantes